© Barbara Marcel

© Barbara Marcel

© Barbara Marcel

© Barbara Marcel

© Barbara Marcel

© Barbara Marcel

© Claudia González

Carola: ¿entonces no tenían costumbre de ir al río?

Mati: no po, si era un estero, nosotros siempre íbamos cerca del rio, pero cuando nos mandaban a juntar, a buscar las cabras, los corderos, todas esas cosas que nosotros teníamos que juntarlos en la tarde para que, porque los demás salían todos a trabajar, nosotros éramos los que quedábamos, pero yo creo que debo haber tenido unos 5 o 6 años, 7 años, porque me acuerdo que íbamos con mis hermanos, con los otros dos que eran mayores, les íbamos a ayudar porque había que encerrar las cabras y los corderos. Y siempre se iban ahí a una parte que había cerca del río y había que ir a buscarlos porque no volvían solas. Pero nosotros siempre caminábamos mucho cuando éramos chicos, recorríamos por esas partes, por las piedras andábamos.

© Claudia González

© Claudia González

© Claudia González

Mati: la naturaleza po, porque ahora, por ejemplo, los árboles que para donde mires tu hay puros árboles que han plantado, por ejemplo, los pinos, los eucaliptos. Todas esas cuestiones antes no se veían, eran todos árboles naturales, por ejemplo, el peumo, los avellanos que a donde vivíamos nosotras cuando éramos chicas el entusiasmo por ir a recoger avellanas, era todo como llegar e ir a buscar. Todas esas cosas eran naturales, pero ahora eso no se ve, puros pinos, en todas partes porque si uno va para Los Boldos, por ejemplo, puros pinos

Talo: por todo el camino puros pinos

Mati: antes eso no se veía

Claudia: ¿qué se veía antes?

Mati: puros árboles naturales

Talo: de todo, animales

Claudia: ¿qué árboles, qué plantas?

Talo: ¿qué árboles había?

Claudia: ¿qué tipo de árboles?

Talo: antes en los cerros, Quillay, Litre, Peumo, Boldo, Espino, Cahuén, Patagua

Mati: todos esos árboles que eran naturales y que nadie los plantaba, salían solos. Y ahora, no se ve el Maqui por la orilla de la calle, o sea, del camino donde uno pasaba lleno de árboles que daban frutos naturales.

© Claudia González© Claudia González

Carola: ¿no se han conservado las semillas que tenían antes?

Talo: antes uno dejaba semillas de lo que cosechaba apartaba y dejaba semillas

Mati: que ahora casi todos los años están cambiando, viste que de la misma municipalidad van cambiando las papas. El otro día salió el Neno que traía semillas de papas, de trigo. Ahora estas viendo a todos los pájaros, viste que donde no sales para acá, por eso no ves los pájaros (risas)

Talo: pero antes andaban en bandadas

Carola: ¿y antes no le ponían nada, ningún químico a la siembra y se daban igual?

Talo: y buena po

Claudia: ¿y cómo controlaban las pestes y esas cosas?

Talo: no llegaban pestes

Claudia: ¿no llegaban?

Mati: yo creo que eso mismo, donde a las tierras le echan tanta, les ponen tantas cosas para sembrar

Carola: se enferman po

Mati: sí, yo creo. Por ejemplo, en la parcela, allá en la casa, todos los años tantas cosas que le tienen que poner

Carola: ¿y animales silvestres antes del embalse igual había más o no? No sé, tengo como esa...

Talo: ¿en la invernada?, sí, había conejitos, liebres, perdices, culebritas

Mati: ahora casi no se ven po

Talo: en la vega, ¿te acuerdas que hay un espino grande como a la entrada? Ahí, por ahí había una culebra que todos los años dejaba el cuero afuera, así grande, pero nunca la vi, veíamos el puro cuero cuando mudaba el cuero todos los años.

Carola: y ahora es muy raro ver culebras

Mati: te acuerdas cuando íbamos donde la victoria nosotros, todas las tardes salía una culebrita roja, chiquitita y se paraba así (risas), pero ahora no se ven, bueno que uno sale re poco ahora también. Pero en la parcela para abajo

Talo: pero a donde sale ahora sí ahora no hay campo, en todas partes está todo poblado (risas) ¿A donde no hay casas?

© Claudia González

© Claudia González

© Claudia González

SONIDO ANTENA

Carola: oye y la falta de agua no será también que hay, o sea, esos huertos gigantes que ocupan toda...

Mati: si porque la posan toda la noche, hacen unas piscinas grandes, le ponen un plástico, eso era lo que yo decía el otro día, ¿cómo será el plástico que le colocan que llenan las piscinas en la noche, dejan toda el agua corriendo ahí y llenan las piscinas. Al otro día ponen los motores y riegan todo.

Talo: pero eso yo creo que es por falta de agua que tienen que regar a motor. Antes se regaba a riego tendido nomas.

© Claudia González

Claudia: ¿eso fue antes de la construcción de los embalses? ¿Esos son sus recuerdos previos? ¿Y usted cree que, a lo mejor, esa falta de lluvia que hay ahora se deba al cambio en el curso del agua del río, por ejemplo, que lo acumularon, así como usted hablaba de que ahora es muy frío, con la acumulación de agua que hay en los embalses y la evaporación?

D: y la evaporación por. Si, yo creo que sí, porque yo, no sé, todo esto es lo que yo pienso porque antes, como le digo, pucha nosotros teníamos, era todo muy distinto. Pero ahora usted no tiene agua casi en ninguna parte. Entonces, está bien, pero eso es lo que alega la gente, está bien que haya adelantos de electricidad, que se está vendiendo y toda la cosa, pero resulta que para otras cosas falta el agua, que es lo esencial, que es el alimento de la agricultura. Entonces eso es lo que decían, de que Colbún SA o Endesa tienen más cuotas de lo que corresponde a ellos entonces dejan a la gente sin agua, a los regantes y ellos tienen mucho más, que lo que las cuotas (o cotas, no sé bien qué dice) que les corresponde como empresa.

© Claudia González

© Claudia González

© Claudia González

Claudia: ¿y dónde nació usted?

Nelly: bueno, Colbún es grande y la comuna de Colbún tiene varios sectores y dentro de esos sectores está Colbún Alto, La Guardia, Los Boldos. Yo nací en La Guardia, La Guardia se llama el sector donde nací y en La Guardia, bueno, a las orillas del río Maule, hay mucha vida ahí a la orilla del río.

Claudia: ¿La Guardia está bien arriba?

Nelly: sí, son como unos 15 kilómetros yo creo, de aquí hacia arriba. Van los sectores como por la orilla del río, entonces por eso el primero que está es Colbún Alto, La Guardia, Los Boldos y así sigue para arriba los sectores que eran como colindantes con el Río Maule. Entonces la gran mayoría de la gente que vivía allá tenía su historia con el río, sí, todos, porque si íbamos de paseo íbamos a la orilla del río, todas las cosas, si los que iban a hacer sus chacras, sus cosas para alimentarse también eran con relación al río porque de ahí salía el agua para el riego. Además, estaban las orillas del río que eran fértiles y eran potreros, porque después, hoy día, si uno va a La Guardia hoy día son montículos y son las partes más altas las que quedaron sin quedar bajo el agua.

© Claudia González

D: Yo tengo, o sea, a mí me pasaron cosas con el agua. Eso es una parte. Frente a mi casa estaba ese canal y a mí me encantaba colgarme de los árboles, me balanceaba y adentro del agua. Allá un vecino me salvó dos veces. Después como llegaba agua por los regueros y de mi casa son puentes grandes, un día me iba tragando un tubo porque yo como llegaba anteriormente, por los mismos volcanes, llegaba mucha piedra pome. Entonces yo me ganaba de guatita en el puente grande e iba a sacar piedras pome, a tirar para afuera porque son livianitas y todo eso. Pero en los recuerdos de los paseos al río, es de que todas nosotras, que en esos años no todas teníamos traje de baño, usted se bañaba con una falta, con un vestido, con un short, con cualquier cosa, pero era, no en la parte peligrosa tampoco, porque ahí hacíamos lagunitas y jugábamos y chapoteábamos con el agua, cosas así, pero esa alegría que usted esperando otro fin de semana para poder ir. Era una alegría, pero no sé cómo decirle, de que era lo más importante que teníamos nosotros en ese tiempo porque no teníamos de estas piscinas plásticas tampoco. Cuando mucho usted si se quería meter a algo si tenía de esas bateas donde lavaban, si es verdad, usted sabe que es verdad. Pero los paseos los preparábamos con anticipación porque se llevaba, por decirle, la huma que se hacía, los cajones de tomares, como nosotros éramos hartos. Y no íbamos tan solo nosotros los siete hijos y los dos papas, sino que también iba la abuelita, el amigo de este otro y así. Pero era algo muy lindo.

© Claudia González

© Claudia González

© Claudia González

Gerthy: modificaciones que he visto en el paisaje. Bueno, de partida he visto más torres de lo habitual, desde donde tengo infancia y memoria. Ahora pareciera que las torres crecen como plantas, o sea, ves más torres que árboles prácticamente, veo unos cerros intervenidos, veo un río seco. El río maule era un río super grande, se recuerda, o sea, está en la historia de ser uno de los ríos más fuertes de acá en chile y ahora está totalmente seco, no hay fauna, o sea, ya no ves, tampoco puedes ir a pescar, ¿cachai? O sea, como que todo eso se murió.

© Claudia González

© Claudia González

Claudia: cómo recordabas el sonido de tu infancia y fue maravilloso porque partiste hablando de lo que escuchabas cuando eras pequeña.

Gerthy: sí, es que eso son como cosas que quedan grabadas encuentro yo y cosas que vas notando el cambio cuando ya no están, cuando ya ves la ausencia de ese tipo de cosas que en ese momento parecían como tan sencillas, pero de verdad, como que se siente. Y ahora el sonido que hay es como un zumbido que está todo el día latente. O sea, aquí es como un cobijo para no sentir ese sonido, estar adentro de mi casa. Entonces imagínate, me fui como de ser tan abierta y ahora como que me siento segura dentro de mi casa, entonces igual es mucho el cambio, es tremendo.

© Claudia González

© Claudia González

SONIDO ANTENA

Nelly: claro, cuando ya tengan la suficiente, a lo mejor les va a quedar obsoleto, ¿cuantas cosas están pasando y están quedando y que nosotros pensábamos que nunca iban a quedar y van a quedar? Porque yo hoy día a lo mejor me voy a otro lado, pero pongamos el ejemplo, yo pienso que los edificios donde están los malls más grandes, así como estamos hoy día, les van a quedar hechos, sí. Y también han invadido la ciudad y todo y a lo mejor ¿por qué? Porque hoy día el internet y todo lo que hay ha cambiado, entonces estas cosas cambian tan rápido, a lo mejor no nos vamos a dar ni cuenta cuando estemos de nuevo con el río abajo. No se ustedes ¿qué piensan?

© Claudia González

© Claudia González

Claudia: a usted le gusta mucho el agua, el río ¿siente algo especial cuando visita el río?

Nelly: sí, es que es distinto porque uno ve como corre el agua, ve como, no sé, tiene otros colores, no sé, esa naturaleza se ve más viva. La idea de ver el río es algo, el ruido, todo lo que envuelve es diferente, porque como el agua corre fuerte y el río era muy, yo siempre digo, el río Maule era una fiera, yo no sé cómo lo atajaron porque la verdad era uno de los ríos mas torrentosos que hay en Chile. Venía con mucha fuerza y con mucha agua porque llovía mucho. Ahora también eso ha pasado que con los años ha cambiado tanto el clima y que se ve menos agua, además, con los embalses que tiene más arriba difícilmente lo vamos a tener como era, no sé si algún día devuelven, yo no he visto para allá la desembocadura cómo es porque no sé si allá devuelven el agua o qué pasa, no sé.

© Claudia González

© Claudia González

Claudia: ¿cómo siente usted que ha cambiado el paisaje desde esos años hasta ahora?, ¿cómo lo ve?

Nelly: muy distinto, porque a lo mejor yo que viví allá y conocí los rincones que están anegados ahora, puedo darme cuenta de las partes que yo conocí porque eran, algunos esteros que vienen desde el cerro, que bajan las aguas desde el cerro, esos esteros están inundados. Entonces cuando yo veo que baja el lago, yo me doy cuenta de eso pero que eso eran con mucha vegetación, con muchos arboles. Había arboles frutales, por ejemplo, teníamos muchos arboles frutales que se perdieron y tenemos otros que, yo no sé si es por las plantaciones de pino o por el lago también, que no dan los frutos que teníamos nosotros cuando comíamos los frutos silvestres. Entonces se ha perdido mucho esas cosas, pasaron tantas cosas cuando se empezó a llenar el lago. El lago empezó a crecer, a subir y no todo el mundo sacó a los animales. Los animales silvestres, por ejemplo, se quedaban encerrados y se murieron porque quedaron atrapados y no pudieron salir. Creo que, en ese sentido, hay una deuda muy grande con el tema de los arboles nativos porque yo soy bien amante de la naturaleza, me encanta y todo lo que se perdió no lo han devuelto.

© Claudia González

Nelly: ¿es que usted no conoce?

Carola: no conoce en invierno

Nelly: no, lo que pasa es que el trabajo grande que se hizo acá es para armar la represa, para hacer donde iban a atajar el río. Eso es el trabajo que se hizo en grande y se hizo un pretil hacía el otro lado, por el colorado, que también por allá donde iba a rebalsar el agua, a represarla, se podía inundar seguramente porque el otro pretil es grande. Entonces, acá es que se atajo el agua entre dos cerros donde era la parte mas angosta, en realidad.

Claudia: donde veíamos ahí desde el embalse, veíamos el nacimiento del embalse.

Carola: eso es el Colorado. Y a este lado había cerro.

Nelly: si, dos cerros.

Carola: es como si esto fuera el cerro y eso eran los valles donde estaban las casas, entonces solo llenaron de agua.

Nelly: y el agua fue represando para atrás y fue tapando. Lo que pasa ahora es que el lago baja y después vuelve a subir porque en enero...

© Claudia González

© Claudia González

Entonces, ¿qué es lo que pasa? Yo le dije, “mira, es súper fácil, te compras un tarro de leche Nido o un tarro de leche Soprole o una caja de la marca que haya y te tomas esa taza de leche y te vas a enfermar y yo te voy a decir porque te vas a enfermar”. ¿Por qué? “porque esa leche, a esa vaca que le sacaron la leche que tu estas tomando, esa vaca está alimentada con harina de pescado, está alimentada con pura alfalfa y llena de hormonas. ¿Qué pasaba con la leche que nosotros tomábamos? Esa leche que nosotros tomábamos nos hacía bien para la salud, ¿por qué?, porque la vaca que mi papá criaba en el campo te comía la menta, las hojas de mora, te comía llantén, el poleo y todas las yerbitas silvestres que había y que eran para el estómago y todo salía en la leche de esa vaca. Entonces yo me tomaba un vaso de leche, me medicinaba y, a la vez, no me hacía mal. Pero lo que tú estás consumiendo aquí, en la misma leche de tarro que uno mismo consume, estas comiendo harina de pescado porque eso le dan a las vacas. La carne, lo mismo, una vaca de campo tiene todas las proteínas que tu necesitas porque esa vaca te come pasto en el cerro, quila, yerbas medicinales y todo lo que hay. Pero tu vas y compras un chancho de un criadero, está criado con pura mugre, porque los chanchos, lamentablemente chiquillas, es así. Crían gallinas y le dan harina de pescado de alimento a las gallinas, a las gallinas les cae la caca, las pescan en bandeja, la revuelven con concentrado para chancho y se lo dan al chancho y el chancho se come esa cochiná y eso es lo que tu estas comiendo, aparte de las hormonas que le inyectan. Entonces, eso es lo que está enfermando a la humanidad, la misma ciencia del hombre va a destruir al hombre.

© Claudia González

© Claudia González

Claudia: Carola me comentaba que tú te dedicas a la búsqueda de agua.

Marcela: sí, hace años. Bueno, todo esto partió, cómo descubrí que tenía ese don de buscar agua porque mi abuela buscaba agua, ella buscaba con varilla de mimbre, buscaba con varilla de cobre. Entonces un día nos hizo una prueba, mi abuela, estábamos todos chicos, éramos como 10 nietos que tenía y a todos nos pasó una varilla para buscar agua. Entonces nos dijo “<Ya, ahora yo quiero saber cuál de todos mis nietos va a sacar mi don>” y ella ya había buscado agua antes, entonces sabía donde había agua en la parcela donde vivía. Y ya, todos empezamos a buscar, a buscar y a la única que se le movía la varilla cuando se acercó al pozo era a mi po. Y ahí me dijo, “<tú tienes el don>”, tenía como 9 años. Y de ahí empecé, ella me enseñó los conocimientos de cómo buscar el agua, cómo ver la profundidad del agua, el ancho de la vertiente y todo eso. Entonces es una sensación que tú te conectas con la energía, ¿cómo te dijera yo?, es algo que tu sientes la energía del agua correr debajo de tus pies, ¿sabes?, te conectas con eso, tu puedes sentir, saber el ancho, la profundidad y eso es bonito. Somos personas muy, ¿cómo te dijera yo?, por ejemplo, cuando va a temblar, muchas veces me pasa que estoy parada y siento que va a temblar porque yo siento la vibración del suelo antes, cuando recién, puede ser muy pequeñito los temblores, pero yo los siento tanto con zapatos, parada, firme, yo siento cómo se mueve.

© Claudia González

Marcela: es una energía como, es como cuando te da la corriente, pero más suave. Tu sientes, por ejemplo, que, cuando vas buscando agua tu sientes esa energía que te, cuando empiezan a moverse las varillas es porque tienen contacto con el agua y tú ves ahí el ancho, puedes medir el ancho y depende la fuerza, de la presión de la corriente que pasa subterránea, ves tú la cantidad de agua que hay. A veces hay vertientes que son, que tienen muy poquita agua que pasa por debajo entonces es una cosa que no te da mucho la corriente, pero después cuando hay harta agua sí y realmente te mueven demasiado rápido las varillas y eso se ve reflejado en las manos, uno aprieta las varillas y solo se mueven.

Ángela?: ¿cómo sientes la energía?

Entonces uno a veces necesita, a veces es tanta la corriente, que yo he quemado jugueras, batidoras, hago cortes, porque a veces toco la plancha y ¡paf!. Un día estaba batiendo y ahí todas las tripas de la (no se entiende). Entonces ¿qué es lo que pasó?, una señora me dio un secreto, me dijo que cuando estuviera tan cargada de energía que frotara una barra de cobre y que eso me iba a hacer porque era demasiado. Entonces tomé una barra de cobre y me empecé a frotar las manos para poder botar un poco de energía porque tenía demasiado.

© Claudia González

© Claudia González

Nelly: nostalgia porque me gustaría verlo de nuevo como era. Creo que van a pasar muchos años, puede que, con los años, a lo mejor algún día vuelvan, pero ya va a ser mucho tiempo. Pienso que el avance, bueno, a todos nos hace falta la luz, cuando no tenemos luz también nos enojamos, por eso también tenemos que saber entender un poco que hay cosas que han cambiado para bienestar de la gran mayoría nomás, no de la minoría. Entonces a lo mejor en ese sentido, aunque me de pena, lo tengo que aceptar, pero le digo que las primeras veces que empecé a ir me costó, sí fue triste. Uno, porque cuando yo iba por ejemplo donde mi abuelita yo compartí con todas las familias antiguas de allá. Incluso la familia de Carola, que también veníamos de allá, los abuelitos, toda esa gente. Cuando venía la tía que trabajaba en Santiago nosotros los íbamos a visitar a todas porque la tía, ella se daba el trabajo, de recorrer a toda la familia, a todos los iba a saludar, a toda la vecindad. Entonces yo era así como la chiquitita, bien chica, pero yo los conocí y participé y son cosas que no se borran. Entonces, cuando fui después, ya pasó mucho tiempo que dejé de ir, me casé, me costó después salir. Yo lloraba, pero lloraba porque extrañaba todo, extrañaba a mis antepasados, mis paseos al río, mis cosas

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile
Fotografía digital

© Claudia González

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, ifa-Galerie, Alemania

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, ifa-Galerie, Alemania

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, ifa-Galerie, Alemania

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, ifa-Galerie, Alemania

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, ifa-Galerie, Alemania

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, ifa-Galerie, Alemania

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, ifa-Galerie, Alemania

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, ifa-Galerie, Alemania

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, ifa-Galerie, Alemania

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, ifa-Galerie, Alemania

© Elisa Balmaceda

en colaboración con: Rodrigo Ríos Zunino 

Documentación de la exposición, bosquemuseo, Chile

© Elisa Balmaceda

En República, un cortometraje escrito, dirigido e interpretado por Grace Passô, la casa se convierte en un extraño teatro. Es la casa de la pandemia durante la cuarentena en 2020 por la COVID-19. La película fue filmada completamente en un espacio doméstico ubicado en República, un barrio céntrico de São Paulo, y alude a la experiencia vivida de la distancia y el aislamiento social, y a la posibilidad de volver a hacer algo “público” en un país en medio de una crisis ética reforzada por la necropolítica de su gobierno colonialista.

Para la creación de The Nth Degree (El grado N), el artista sueco Emanuel Almborg inició un intercambio entre jóvenes de Hackney, un municipio de Londres, y del centro de Powys, un condado de Gales.

Mediante talleres de teatro inspirados por el método interpretativo de Konstantin Stanislavski, desarrollaron una obra que conecta dos momentos históricos: los Rebecca Riots (disturbios de Rebecca), una revuelta de agricultores de 1840 en contra de los puestos de peaje privados y el cercamiento de las tierras comunales en Gales, y los recientes disturbios de Londres de 2011. El intercambio entre ambos grupos promovió una comprensión de los disturbios en el marco de problemáticas concomitantes de raza, clase y desigualdad.

This Place is Every Place (Todos los lugares son este lugar) consiste en la puesta en escena de un diálogo entre dos mujeres suecas provenientes de Oriente Medio. La Primavera Árabe es el trasfondo de su conversación, que se desarrolla en los suburbios de Tensta, un barrio de Estocolmo. El film propone una conexión entre los movimientos de protesta globales y los disturbios de mayo de 2013 que se llevaron a cabo en Husby, otro suburbio en el norte de Estocolmo habitado principalmente por minorías étnicas. This Place is Every Place estudia la relación entre las crisis políticas y personales, y apunta a una pérdida generalizada de fe en la organización social alternativa.

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad

DADAnarchische Interventionen, 2022

© Elektra Wagenrad

Intervenciones DADAnarquicas, 2022

© Elektra Wagenrad